Suicidio imprudencial

Israel Aguilar Márquez
The University of Sheffield

En el ámbito político, la traición es un comportamiento recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Una apología de esta conducta, que en otros contextos podría calificarse como reprobable, fue articulada por Denis Jeambar e Yves Roucaute. Ellos definen la traición en el contexto político como el arte de gobernar por medio de la negación. El gran traidor en la democracia es el hombre de Estado pragmático que privilegia el logro de objetivos antes que el seguimiento dogmático de ideologías. La traición es un mecanismo que permite adaptarse a la realidad social para establecer y conservar relaciones interpersonales y afrontar dificultades. La traición es la negación deliberada a ideas, conceptos y actos para obtener ventaja y alinear sus intereses con las percepciones del gobernado. Una traición se legitima por sí misma, no necesita ser justificada ni defendida. La traición es indispensable para la obtención y el ejercicio del poder político.
Antonio Attolini, ex-vocero de la asamblea local del ITAM del movimiento #yosoy132, esta semana fue objeto de críticas en distintos medios. Attolini hizo pública la invitación que Genaro Lozano, profesor del ITAM, le había realizado para colaborar en un programa de análisis en Televisa. Así, a partir de la difusión de la noticia, se calificó a Attolini de incongruente, oportunista y traidor. Attolini ofreció una entrevista al portal adnpolitico.com, donde colabora desde hace un par de meses, para exponer sus ideas. Sin embargo, las contradicciones entre sus argumentos impidieron otorgarle validez a su justificación. Por un lado, menciona las aberraciones de Televisa y, por otro lado, la noticia de su incorporación en dicha empresa como analista.
Existen dos aspectos interesantes en la entrevista. En primer lugar, la reiterada justificación de sus actos. Attolini es consciente de su «traición», y lo hace por medio de la negación a una ideología preponderante. En sus propios términos: «el asunto no es ser panfletario ni ser ideológico». Desde su perspectiva, sus acciones son congruentes debido a que continuará con su crítica, ahora desde las «coordenadas» de Televisa. En segundo término, llama la atención la percepción que tiene de sí mismo. Attolini, quien se define como locutor, mariachi y mago, ahora no duda en llamarse «científico social» e «intelectual orgánico», en los términos de Antonio Gramsci. Considera su participación en el programa como un asunto de «pedagogía mediática» y este espacio le permitirá «magnificar su discurso». Sin embargo, lleva su perspectiva a extremos autoritarios cuando asegura (siempre hablando en plural): «ahora somos nosotros los que tenemos el monopolio de la información, para posicionar los temas como nosotros queremos».
El domingo 28 de octubre de 2012 se transmitió finalmente el primer programa de «Sin Filtro». El tema que guió la discusión fue la democratización de los medios de comunicación en México. Lo que hay que destacar es que utilizaron todo un bloque del programa para contestar las críticas vertidas en las redes sociales y para desmarcarse del movimiento #yosoy132, Attolini excusándose en el hecho de que fue expulsado por la asamblea local del ITAM. Sin embargo, el programa no generó mayor debate, ideas o propuestas novedosas.
Antonio Attolini leyó adecuadamente el contexto y actuó en concordancia: capitalizó un movimiento juvenil sin una organización formal, para obtener beneficios individuales, resguardándose en la falta de memoria histórica que caracteriza a la sociedad mexicana. Sin embargo, no consideró que su público objetivo sería el mismo que seguirá realizando las críticas más severas hacia su persona. Así, este intelectual orgánico inicia formalmente su trayectoria en los medios de comunicación masivos sin uno de los recursos indispensables para desarrollarse en ese ámbito: la credibilidad. De esta manera, la traición es un instrumento que le permite al hombre de Estado, al gobernante y al político, conseguir la hegemonía en un contexto de alta incertidumbre y competencia. Es un medio que favorece la consecución de objetivos, la preservación del Estado y el orden público. Sin embargo, en las manos de mercenarios del poder, la traición podría generar resultados tan incongruentes como un suicidio imprudencial.

Suicidio Imprudencial
By Israel Aguilar Márquez
(The University of Sheffield)

En el ámbito político, la traición es un comportamiento recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, en las manos de mercenarios del poder, la traición podría generar resultados tan incongruentes como un suicidio imprudencial. Antonio Attolini ahora lo sabe. Read more

La Salida Falsa

By Emilio M. González
(The University of Sheffield)


De unos años a la fecha el tema de la educación en México ha sido abordado desde muy distintos enfoques y estudios, algunos más académicos y documentados que otros, pero la gran mayoría llegando a la conclusión que el principal freno del desarrollo educativo en México es la lideresa del SNTE Elba Esther Gordillo. Sustentando esta conclusión en el poder político de la maestra, en la mezquindad de los gobiernos que ceden ante ella o simplemente culpándola por el pobre desempeño de muchos de los maestros que liderea a nivel nacional. Esto es a lo que la politóloga y premio nobel de economía Elinor Ostrom llamó self-evident truths. La Doctora Ostrom explica en este concepto que el hecho que algo sea ampliamente creído no implica que sea verdad.
Esto es precisamente lo que sucede cuando se habla de la calidad educativa que existe en el país. Inmediatamente asociamos el pobre desempeño de México en pruebas internacionales como PISA o la falta de mejoras en el sector con la maestra Gordillo. ¿Qué tan cierto es esto? ¿Es acaso la destitución de Elba Esther el punto de inflexión que están esperando las instituciones educativas en México para reinventarse y mejorar la calidad? Personalmente creo que no, y que la solución es mucho más compleja.
De acuerdo a la OCDE México ocupa el último lugar de los países miembros y el 48 entre todos los países que evalúa la organización. De acuerdo a la OCDE en términos absolutos la calidad de la educación en México entre 2000 y 2009 aumentó 3 puntos en lectura y 34 en matemáticas, pero en términos relativos  México perdió 6 lugares en la última década.  A eso hay que agregar que un alto porcentaje de alumnos está por debajo del nivel 2 de la prueba PISA, tanto en matemáticas como en español, siendo este el nivel de conocimiento en ambas asignaturas que la OCDE considera como un mínimo para poder desempeñarse adecuadamente en cuestiones cotidianas.
El problema es una realidad eso es innegable, pero es un problema institucional, no individual. La buena o mala conducción de una política pública no puede estar maniatada a encontrar lideres “buenos” o “malos”, debe estar blindada por instituciones que trasciendan a sus titulares. Es necesario que la educación en México se convierta en un política de estado que trascienda sexenios, partidos y políticos. Que se tracen metas a largo plazo siguiendo ejemplos exitosos de otros países que hace 15 o 20 años estaban muy por debajo del nivel que tiene México y que hoy no sólo nos han rebasado, si no que mantienen tasas de crecimiento constantes.
En México son necesarios algunos cambios fundamentales en el sistema educativo para empezar a ver hacia el futuro: los maestros necesitan una mejor preparación, en países como Finlandia un maestro estudia en promedio 8100 horas, mientras que en México son 4610 horas; crear un verdadero sistema de incentivos que premie a los buenos maestros y capacite a los que lo necesitan;  rehacer la  Ley General de Educación, la cual está plagada de contradicciones; crear una política pública que entienda  que le educación va más allá de las aulas y construya los medios suficientes para el correcto desempeño del estudiante; una descentralización  real de la educación en la que se exploten las distintas ventajas comparativas de México; tener una reubicación del gasto educativo, México es de los países que más dinero destina a educación, sin embargo más del 90% va a la burocracia.
Estos son sólo algunos ejemplos de los muchos cambios que necesita el sistema educativo mexicano para empezar a recuperar el tiempo perdido y ver hacia el futuro. En todos los cambios propuestos hay un común denominador, el hecho de destituir a la maestra Elba Esther Gordillo no aumentaría en nada su viabilidad y realización, debido que quien la suceda se va a encontrar con un sistema sin los contrapesos necesarios y en el que una vez más su buen o mal manejo dependerá únicamente de su propia voluntad. La destitución de Elba Esther  al frente del SNTE puede ser sin duda algo deseable, pero hay que entender que es una salida falsa al problemas de la educación en México. 

México, 'des-impunidad' selectiva o justicia bajo presión

México, 'des-impunidad' selectiva o justicia bajo presión
By Jose Angel Garcia
(The University of Sheffield)

Considerando los recientes sucesos, es necesario evidenciar que nuestro actual sistema de provisión de justicia promueve una des-impunidad selectiva. Es decir, nuestro sistema de justicia parece ser únicamente reactivo a las demandas de aquellos actores capaces de organizar y movilicar la opinión pública para ejercer suficiente presión social sobre el gobierno. Read more

Kalashnikovs under the poncho

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By Ramón I. Centeno
(The University of Sheffield)

When something rock-solid as a national stereotype changes, something profound is surely going on. The traditional (and stupid) Mexican stereotype had been that of the guy wearing a funny and large hat comfortably sleeping next to a cactus. Nowadays, apart from or instead of that we now hold a Kalashnikov under our poncho, eager to sell drugs. You can see this cultural change in movies from/about Mexico. Sixty or seventy years ago most stories where about the Mexican Revolution or its legacies. Nowadays everything moves around the War on Drugs. From the insider perspective, just see the contrast between the epic utopianism in “Vámonos con Pancho Villa” of Fernando de Fuentes and the dystopian tragedy in Gerardo Naranjo’s “Miss Bala”. From an outsider point of view, just compare our national image in Sergei Eisenstein’s “¡Que viva México!” with that of the Tarantino-style “Machete” of Robert Rodriguez: virginal authenticity vs. organic corruption.

When all this started? How we passed from the naive good-fellows to the ruthless bad guys? In December 2006 the then new President Felipe Calderón declared the “War on Drugs”. The ministry of the interior at the time, Francisco Ramírez Acuña, explained the launch of the “Joint Operation Michoacán” as an effort to “finish the impunity of the criminals that are risking the tranquillity of all the Mexicans and, especially, our families.”[i] Since then, the word “security” turned into the most important one of political discourse en Mexico. Again, why? In the election of that year, the two leading candidates finished with a slight difference of less than 1%, with the defeated candidate denouncing a “fraud”, leaving the winner severely weakened: his lack of an unquestioned legitimacy, led him to search means to gain political stature rapidly. His choice: launch a selective and strenuous attack on drug cartels (epitome of the “criminals”) in order to successfully present himself as the incarnation of the national interests of all Mexicans. Even worse: Calderón’s decision also meant an alignment to the U.S. foreign policy. Not surprisingly, Washington immediately backed the Mexican government and rapidly institutionalised that support via the “Mérida Initiative”, a military partnership signed in 2008 to jointly undertake the “war on drugs.”

Six years later, one hundred thousand people (mostly civilians) have been killed as part of this military adventure against the powerful (and also militarised) cartels. To sum-up: what started as a short-term tactic morphed into a long-term strategy aimed at political stability. If in 2006 Mexico was on the brink of joining the club of centre-of-left Latin American governments, after that it rapidly became the decisive player of Washington and his friends to counter-weight Chávez and his friends. Along with the pioneering Colombia, Mexico moved the whole Central America to the War on Drugs. This sub-region, with a political dynamic opposed to the rest, has pushed rightist but well-informed analysts to ask whether there are now two Latin Americas: “one on the Pacific, another on the Atlantic.” [ii] This counter-tendency to the turn to the left so much cheered at the beginning of the century covers more than 1/3 of the regional population as it reaches other right governments: Perú and Chile. These two along with Colombia and Mexico have recently launched (June 2012) an economic bloc to oppose Chávez’s ALBA and Brasil-led Mercosur: the Pacific Alliance, with Costa Rica and Panama as observers. The rest of Central America had anyway previously signed a favourable trade agreement with Mexico in November 2011. In short: the elites of these countries are making love.

So not to anyone’s surprise, the new President, Enrique Peña Nieto will act along the lines of his immediate predecessor. Rosario Green, an ex ministry of foreign affairs and long-time regime’s adviser on international relations, recently put it this way: “If you ask me which are probably going to be his first, second, and third priority, I would say that the United States, Central America, and the Pacific.”[iii] Or as Peña himself summarized it: “We have to assume, as a country, a greater role of responsibility in the different regional and multilateral organisations. The Pacific Alliance in particular.”[iv]

Thus the changing perception of Mexico abroad must be read as an index of the discreet political earthquake that the country has undergone. In a trip to Cuba in 2010, I was so astonished by the precarious living conditions in popular neighbourhoods that I wondered whether I would be able to live as an ordinary Cuban. But when a Cuban asked me where I was from, he exclaimed “I couldn’t live in Mexico, too much violence!” However bloody the last six years have been, no major political actors dared to challenge the bloodshed. Moreover, that was one of the fields in which the presidential candidates agreed: they only battled each other on how to pursue a more effective War on Drugs. In this sense, although Peña has said that his priority is “reducing the levels of violence”, he is quick to add that there “are tasks that have been followed that should be maintained and increased.”[v] Talking about legalisation of drugs largely remains taboo.


[i] PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. 2006. El Gabinete de Seguridad presenta informe de acciones sobre la Operación Conjunta Michoacán. Available: http://bit.ly/RjH7Ba [Accessed 29 October 2012].
[ii] OPPENHEIMER, A. 2011. ¿Dos Américas latinas? La Nación [Online]. Available: http://bit.ly/rEizYS [Accessed 30 October 2012].
[iii] OPPENHEIMER, A. 2012. México, EEUU y Latinoamérica. En Nuevo Herald [Online]. Available: http://bitly.com/S9xGFD [Accessed 29 October 2012].
[iv] PEÑA NIETO, E. 2012. Latinoamérica, una tarea pendiente para México. El Tiempo [Online]. Available: http://bitly.com/PQFJci [Accessed 29 October 2012].
[v] Interview by Damien Cave, The New York Times, June 2012, http://bit.ly/XOhZbC.

México: ¿“Des-impunidad” selectiva o justicia bajo presión?


By Jose Angel Garcia
(The University of Sheffield)

El tema del narcotráfico en México se ha convertido ya en la noticia más importante sobre nuestro país. Diariamente reportajes, editoriales, columnas de opinión, etc. en medios nacionales y extranjeros nos recuerdan lo que –inconvenientemente– se ha convertido en el actual rasgo distintivo de nuestro país: 50,000 muertos desde 2006. Mujeres y hombres en diferentes partes de México se han convertido en parte de la estadística –desactualizada– de ‘fallecimientos por presunta rivalidad delincuencial’. Sin embargo ¿qué es lo que conoce el gobierno acerca de sus asesinos? ¿Algún ‘presunto’ responsable ha sido identificado o sancionado?

Desafortunadamente, la provisión de justicia en México aún no es tan efectiva como en países de Europa Occidental. Por ello, gran cantidad de delitos, incluyendo los miles de homicidios antes mencionados, quedan impunes. De acuerdo a cifras de ONGs, a nivel nacional menos de dos de cada 10 homicidios son resueltos en México; siendo Chihuahua, Durango, Sinaloa y Guerrero, justamente los estados con mayores problemas de seguridad por el narcotráfico, los que manifiestan los peores niveles de impunidad en el país. Internacionalmente, en términos de  número de homicidios de periodistas sin resolver, el Comité para la Protección de los Periodistas recientemente colocó a México dentro de los 10 países con mayor nivel de impunidad en el mundo.

Impunidad en el mundo
Fuente: CPJ, 2012.

Lo anterior claramente nos llevaría a pensar que en México todos carecemos o careceremos de justicia cuando necesitemos de ella, pues, en la mayoría de los casos, las instituciones de seguridad han demostrado ser poco capaces de disuadir, prevenir, perseguir y sancionar delitos. No obstante, casos como los condenables y lamentables asesinatos de Fernando Martí en 2008, Juan Francisco Sicilia en 2011,  y José Eduardo Moreira este año, podrían cuestionar dicha aseveración. Debido a la relevancia de los personajes involucrados (empresarios, dirigentes políticos y personalidades mediáticas), a la presión social y a la excesiva cobertura mediática, los gobiernos locales y federal han respondido rápidamente. Diferente a los cientos, miles de casos sin resolver, por ejemplo, el de los migrantes asesinados y hallados en fosas clandestinas en 2010 y 2011, en los homicidios de Martí, Sicilia y Moreira las autoridades han cumplido (o al menos pretendido cumplir) con sus funciones al encontrar y agrupar (algunos dirían sembrando) pruebas, identificar (otros dirían fabricando) culpables y llevar a cabo los arrestos correspondientes.

Al decir lo anterior no pretendo negar la realidad acerca del nivel de injusticia e inseguridad prevaleciente en nuestro país. Muchísimo menos presentar a las instituciones de seguridad y justicia, dígase la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de la República junto con sus Ministerios Públicos, como instituciones modelo. Por el contrario, considerando los recientes sucesos, es necesario evidenciar que lamentablemente nuestro actual sistema de provisión de justicia promueve lo que yo llamaría una des-impunidad selectiva. Es decir, a pesar de que nuestras instituciones han demostrado poder ser capaces de responder y actuar rápida y, en algunos casos, eficazmente, nuestro sistema de justicia parece ser únicamente reactivo a las demandas de aquellos actores capaces de organizar y movilizar la opinión pública para ejercer suficiente presión social sobre el gobierno.  

Con ello vale la pena preguntarse: ¿será posible garantizar la impartición de justicia por igual a todos los familiares de las víctimas de homicidio? La respuesta es un SI, es posible, pero no probable a corto plazo. Como lo ha expresado la titular de la PGR, Marisela Morales, ‘la realidad nos ha rebasado (al gobierno de México)’. Con un Ministerio Público incapaz de investigar más del 20% de delitos en el país dado el actual crecimiento exponencial en el número de homicidios (700% tan solo entre 2007 y 2010), desafortunadamente, en el corto plazo, las instituciones de seguridad y justicia seguirán concentrándose (preferente más no únicamente) en aquellos casos que sean del mayor interés público.

Para mayor información:
México Evalúa (2012), Más delitos, más impunidad: La lógica de la injusticia en México, México, disponible en http://www.mexicoevalua.org/descargables/1ef951_fact-sheet.pdf
CPJ (2012), Getting Away with Murder, New York, disponible en: http://cpj.org/reports/2012/04/impunity-index-2012.php
Rivera, M. y CH, R. (2011), Números rojos del sistema penal, CIDAC, Octubre 2011, disponible en http://www.cidac.org/esp/uploads/1/CIFRAS.pdf