(The University of Sheffield)
Prácticamente en las últimas horas
de su mandato el Presidente Felipe Calderón mandó al congreso una iniciativa de
decreto que busca establecer la segunda vuelta electoral para la elección
presidencial. Hay que recordar que esta no es la primera vez que el Presidente
Calderón trata de proponer la segunda vuelta. La reforma política propuesta por
el ejecutivo en 2009 incluía esta propuesta.
La actual iniciativa propone que
cuando ninguno de los candidatos a la Presidencia logre obtener mas del
cincuenta por ciento de los votos, se realice una segunda votación entre los
dos candidatos que más votos hayan obtenido. Llevándose acabo la primera vuelta
de la elección presidencial el primer domingo de julio, mientras que la segunda
vuelta presidencial será concurrente con la elección a Diputados federales,
realizándose el primer domingo de agosto.
De dicha propuesta se identifican dos principales objetivos:
1)
Al desfasar la primera vuelta
de la elección presidencial con la elección de diputados federales y empalmar
esta con la segunda vuelta presidencial, se buscan crear incentivos que den
mayor gobernabilidad al sistema político mexicano. En otra palabras se busca
que el elector pueda crear una mayoría en la cámara de diputados del partido
del futuro presidente.
2)
Se busca que los candidatos
elegidos sean respaldados por una mayoría absoluta de los votos emitidos
¿A qué responde esta iniciativa del presidente? Mucho se ha
hablado de la segunda vuelta como una respuesta a la incertidumbre que algunos
tienen en el sistema electoral mexicano. Quienes respaldan este argumento dicen
que al existir una segunda vuelta no habría duda sobre quien fue el claro
vencedor de la elección al ser elegido por una mayoría absoluta. Reduciendo
como consecuencia la polarización y rechazo hacia el presidente electo y
aumentando la gobernabilidad. El Presidente Calderón vivió esta polarización
durante su sexenio siendo considerado por una parte de la población como un
presidente ilegítimo. Es tal vez a consecuencia de esto su empeño por impulsar
esta iniciativa.
En la practica creo que la segunda vuelta no traería consigo todas
las ventajas que muchos ven en ella. Remontándonos a la elección de 2006, y en un
escenario utópico en el que hubiera existido segunda vuelta presidencial, ¿Qué
hubiera pasado si Lopez Obrador hubiera ganado la primera vuelta, y Felipe
Calderón la segunda? ¿Se hubiera generado menor polarización? ¿Se hubieran
evitado los conflictos post-electorales? ¿Lopez Obrador hubiera aceptado la derrota?
¿Se hubiera tenido mayor confianza en el resultado del IFE? Creo que la
respuesta a cada una de estas preguntas sería no.
La propuesta de desfasar la elección presidencial de la elección
de diputados federales busca generar mayor gobernabilidad creando un presidente
más fuerte. Desde 1997, año en que se tuvo el primer gobierno dividido, ningún
presidente ha tenido mayoría en la cámara de diputados. A esto se le ha
atribuido buena parte de la “parálisis legislativa” y la falta de aprobación de
las reformas estructurales. Por otro lado hay estudios que prueban que el
congreso ha vivido su etapa más productiva en estos años de gobierno dividido. Por
lo tanto al parecer el trabajo legislativo se ha incrementando, pero las
iniciativas presidenciales carecen de fuerza para ser aprobadas. Regresarle
esta fuerza al presidente es el objetivo de esta medida.
¿Cuáles serían los costos y los
beneficios? Los sistemas electorales son un trade-off entre pluralidad y
gobernabilidad. De ser aprobada la propuesta del Presidente Calderón, es muy
probable que genere una mayoría en la cámara de diputados para el presidente
que resulte electo, otorgándole una mayor fuerza a sus propuestas en el
congreso. En contra parte la pluralidad del congreso probablemente se reduciría, afectando principalmente a los
partidos chicos.
La segunda vuelta utilizada como un elemento
de legitimidad en un proceso electoral me parece que carece de sentido. Creo
que la confianza en los resultados electorales no está ligada al número de
veces que se replique un proceso, sino a la eficiencia y solides de sus
instituciones. Por otro lado la segunda vuelta aplicada como un elemento que
genere mayor gobernabilidad en el sistema político mexicano, es una propuesta
que podría generar una nueva dinámica en la relación entre ejecutivo y
legislativo.
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